A fines de diciembre del año pasado, el personal de Greenleaf Apothecaries recibió un mensaje sorprendente de la Junta de Farmacia de Ohio.

Un anuncio de una charla de uno de los empleados de la empresa incluía el logotipo de la empresa. La junta consideró la imagen como un anuncio de la compañía y dijo que Greenleaf, cuyo dispensario de marihuana medicinal en el distrito de Arena opera bajo el nombre de The Botanist, no aprobó el anuncio con el estado antes de tiempo. Greenleaf desconocía que su logo estaba incluido en el material de promoción de la charla, que fue organizada por un tercero. El estado acusó a Greenleaf de violar las reglas de publicidad de marihuana medicinal de Ohio, una infracción poco común.
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Greenleaf desconocía que su logo estaba incluido en el material de promoción de la charla, que fue organizada por un tercero. El estado acusó a Greenleaf de violar las reglas de publicidad de marihuana medicinal de Ohio, una infracción poco común.
El estado acusó a Greenleaf de violar las reglas de publicidad de la marihuana medicinal de Ohio, una infracción poco común.
Solo otras seis infracciones figuran en los registros estatales. El mensaje de la junta de farmacia a Greenleaf fue simplemente una advertencia y una advertencia para mejorar en el futuro. Pero la historia demuestra la facilidad con la que las empresas de cannabis pueden incumplir las reglas de marketing en un estado con un programa de marihuana medicinal que solo tiene dos años.
“En términos generales, las restricciones publicitarias son un punto crítico universal para el programa (de marihuana medicinal) aquí”, dijo Thomas Haren, un abogado de Cleveland que ha trabajado con Greenleaf.