Esta es la primera de una serie de historias que ido colectando entre varios (as) colegas de la comunidad cannabica con la que comparto, la intención es que conozcas nuestras experiencias de vuelos y voladas, antes, durante o luego de un porro. Vale destacar que quienes somos Ganyeros, formamos parte de distintos círculos sociales y laborales, por lo que si bien nos encontramos para una bocanadas o comidas cannabicas; nuestra cotidianidad también la vivimos con gente que no conoce el cannabis, gente que está en contra, gente que no presta atención a la marihuana y por supuesto gente que conoce, apoya y comparte la idea de la legalización y despenalización del cannabis-aunque no consuman cannabis-.
La primera historia que te comento hoy, es de un personaje, al cual denominaré Uno, durante su tiempo universitario, una noche de festín con amigos en un bar. Decidió ir al baño para liar un porrito y al momento en el que estaba desarrollando la acción; entró al lugar una persona que lo conocía de su espacio laboral y lo saludó con mucha sorpresa, ante esta situación un poco embarazosa, mi amigo salió corriendo del baño, dejando parte del material para elaborar el canuto en medio de la carrera; con cara de susto avisó a sus otros acompañantes quienes esperaban por el porro para salir a fumar. Todos en conjunto, pagaron aceleradamente la cuenta, para retirarse del bar.
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Pero te cuento, que el susto de mi amigo y sus acompañantes en el bar, duró hasta que lograron encender el preciado canuto para una buena caminata por la nocturnidad citadina. A ver cuántas veces no te ocurren cosas como esta u otras situaciones, en las que por las prohibiciones sobre el cannabis, se siguen repitiendo aún sobre todo en países latinoamericanos. Así como dice el gran maestro Peter Tosh: No soy político, vivo las consecuencias. En la próxima entrega una nueva historia en Historias de Ganyeros Citadinos.